Felidae – subfamilia Felinae
Carnivora
Mammalia
66–77 días
1–4 (usualmente 2–3)
No existen programas específicos.
Se alimenta en principalmente de pequeños mamíferos (roedores y musarañas), y además de algunas aves, completando con anfibios, reptilitos e insectos ocasionales. Utiliza una técnica de salto y embestida, con una eficiencia de caza de ~48 %, de las más altas entre los Félidos.
En libertad: 10–12 años En cautividad: Registros de hasta 23 años
El serval es un felino africano de tamaño medio, muy especializado en la caza de pequeños vertebrados en ambientes de sabana y humedales. Su morfología es inconfundible: patas extremadamente largas (las más largas proporcionalmente entre los felinos), orejas grandes y redondeadas, cola corta y pelaje dorado con manchas negras. Estas adaptaciones le permiten moverse ágilmente por vegetación densa y detectar movimientos subterráneos de presas gracias a su agudo sentido del oído. Su cabeza pequeña, cuello largo y silueta esbelta le proporcionan un perfil aerodinámico. Está equipado con poderosas mandíbulas y garras retráctiles que emplea con gran precisión. Aunque su alimentación es esencialmente carnívora, es flexible en la selección de presas. Sus hábitos semiacuáticos le permiten cazar incluso en márgenes pantanosos. A diferencia de otros félidos, tiene un comportamiento muy activo de noche y al amanecer. Su fisiología está bien adaptada a la caza de precisión y al sigilo extremo.
El serval es un animal solitario y territorial. Machos y hembras viven por separado y solo se relacionan durante la época reproductiva. Marca su territorio con orina, excrementos y rasguños en árboles o matorrales. Es principalmente nocturno o crepuscular, aunque las hembras con crías pueden cazar durante el día para evitar depredadores. Su estilo de caza es dinámico: localiza a sus presas por el oído, salta verticalmente y cae con precisión sobre ellas. Tiene una tasa de éxito en la caza superior al 45 %, una de las más altas entre los felinos. Es excelente saltador (más de 1 m en vertical y hasta 4 m en horizontal) y puede alcanzar velocidades cercanas a los 80 km/h. Es muy silencioso, comunicándose mediante maullidos suaves, bufidos, gruñidos y silbidos agudos. En cautividad, puede mostrar comportamientos curiosos e inteligentes, aunque requiere enriquecimiento ambiental y espacio adecuado para evitar estrés.
El serval está clasificado por la UICN como especie de “Preocupación menor”, con poblaciones estables en gran parte del África subsahariana. No obstante, enfrenta amenazas crecientes como la pérdida de humedales, fragmentación del hábitat y conflictos con humanos en áreas rurales. En algunas regiones se le caza por su piel moteada, utilizada en mercados ilegales o como sustituto del leopardo en rituales culturales. También es víctima de atropellos y capturas ilegales para el mercado de mascotas exóticas. Su inclusión en el Apéndice II de CITES permite el control del comercio internacional, aunque no prohíbe su tenencia legal. En zoológicos, se mantiene en condiciones controladas dentro de programas de educación y conservación, aunque no existen proyectos de cría en cautividad orientados a la reintroducción. La protección efectiva de su hábitat, en especial los humedales africanos, es esencial para su conservación a largo plazo.
El serval tiene las patas más largas proporcionalmente al cuerpo entre todos los felinos.
Sus orejas móviles actúan como una antena parabólica para localizar presas bajo tierra o hierba alta.
Puede saltar más de 3 metros en línea recta y atrapar aves en pleno vuelo.
Es uno de los felinos más eficaces: hasta un 50 % de éxito en sus intentos de caza.
Aunque parece un pequeño leopardo, está más emparentado con el caracal y el gato dorado africano.
Tiene un andar elástico y silencioso, ideal para cazar en sabanas con hierba alta.
Emite maullidos, gruñidos, silbidos y un ronroneo agudo cuando está tranquilo.
Es capaz de trepar árboles, aunque rara vez lo hace.
Puede llegar a detectar el movimiento de un ratón a más de 3 metros de distancia.
No ruge, ya que carece del hueso hioides especializado presente en los grandes felinos.
Su patrón de manchas es único en cada individuo, como una huella digital.
Se le ha domesticado parcialmente en cruces con gatos domésticos, dando lugar a la raza “Savannah cat”.
En algunas culturas africanas se le asocia a la protección del hogar o a lo espiritual.
Vive en zonas pantanosas donde otros felinos no sobreviven, gracias a su habilidad para caminar entre el barro.
A pesar de su aspecto salvaje, en cautividad puede llegar a confiar y reconocer a sus cuidadores.
Su piel está prohibida en muchos países, pero aún circula en el mercado negro en regiones del África occidental.