Pitón real

Pitón real

Nombre común

Pitón real / Pitón bola

Hábitat

Sabana, praderas, bosques abiertos y zonas agrícolas; vive en madrigueras subterráneas
Características

Familia

Pythonidae

Orden

Squamata

Clase

Reptilia

Gestación

55–60 días, con cuidado materno: la hembra se enrolla sobre los huevos para mantener temperatura.

Nº de crías

De 3 a 11 huevos, típicamente 6–7

P. Reproducción

Muy extendido; cuenta con gran industria de cría comercial (amplia variedad de morfotipos “morphs”).

Dieta

Depreda principalmente pequeños mamíferos (roedores, musarañas), ocasionalmente aves. Detecta a sus presas con sensores térmicos en el hocico y las mata por constricción. Las hembras suelen alimentarse más de mamíferos, mientras que los machos también consumen aves

Vida

En libertad: 20–30 años estimado En cautividad: Registros que superan los 47 años

Biología y comportamiento

La pitón real es una serpiente no venenosa, robusta y de tamaño medio perteneciente a la familia Pythonidae. Su cuerpo es cilíndrico, macizo y recubierto de escamas suaves y brillantes. Presenta una coloración natural marrón oscuro con manchas más claras, aunque en cautividad se han desarrollado más de 6.000 variedades morfológicas (“morphs”) mediante cría selectiva. Su cabeza es relativamente pequeña y está equipada con fosetas termoceptivas en la región labial, que le permiten detectar el calor emitido por sus presas, incluso en la oscuridad. Posee una mandíbula flexible y dientes recurvados, especializados para sujetar presas mientras las estrangula mediante constricción. Su metabolismo es lento, lo que le permite pasar semanas sin alimentarse. Tiene pulmones funcionales y una cloaca terminal, y carece de oído externo, percibiendo vibraciones del suelo. Habita zonas cálidas de sabana y bosque abierto, donde utiliza madrigueras abandonadas y refugios subterráneos para termorregularse y esconderse de depredadores.

La pitón bola es de hábitos principalmente crepusculares y nocturnos. Durante el día permanece oculta en madrigueras, troncos huecos o bajo la hojarasca, saliendo al anochecer para cazar. Es una especie solitaria que solo se reúne para reproducirse. Tiene un comportamiento defensivo único: cuando se siente amenazada, se enrolla formando una bola, ocultando la cabeza en el centro del cuerpo; de ahí proviene su nombre común “pitón bola”. Es tranquila y no agresiva, lo que la convierte en una de las serpientes más manejables en cautividad. Puede permanecer días o semanas sin moverse si las condiciones ambientales no son favorables. Durante la muda se vuelve más irritable y con visión reducida por el velo ocular. Sus desplazamientos son lentos, y utiliza su lengua bífida para captar partículas químicas del ambiente, interpretadas mediante el órgano de Jacobson. Su comportamiento reproductivo incluye frotamientos y vibraciones para cortejar a la hembra.

Clasificada como Casi amenazada (Near Threatened) por la UICN, la pitón real enfrenta una disminución poblacional progresiva en varias zonas de África occidental. Aunque todavía es común en muchas regiones, su alta demanda en el comercio internacional de mascotas ha llevado a la extracción masiva de ejemplares silvestres, particularmente hembras adultas. Aunque existen criaderos autorizados (“rancheo”), los estudios indican que el nivel de explotación actual no es sostenible a largo plazo. Además, su hábitat está amenazado por la expansión agrícola, los incendios y la urbanización. Está incluida en el Apéndice II de CITES desde 1977, lo que regula su exportación. En Europa y América, miles de ejemplares viven en cautividad, donde su cría intensiva ha generado una industria comercial muy rentable. Algunos programas buscan promover el comercio responsable y la conservación in situ mediante acuerdos con comunidades locales que permiten proteger hábitats clave y mejorar las prácticas de manejo.

Algunas
curiosidades

Es conocida como “pitón bola” porque, cuando se siente amenazada, se enrolla sobre sí misma y oculta la cabeza como mecanismo de defensa.

Su nombre científico, regius, significa “real” en latín, ya que según la leyenda, Cleopatra usaba estas serpientes como joyas vivas.

Es una de las serpientes más populares en el mundo del terrario por su docilidad, tamaño manejable y amplia variedad de colores.

Se han registrado más de 6.000 “morphs” genéticos en cría cautiva, algunos extremadamente raros y valorados por miles de euros.

A diferencia de otras serpientes, las hembras cuidan activamente los huevos, enrollándose sobre ellos y generando calor por contracción muscular.

No mastica a sus presas, sino que las traga enteras tras matarlas por constricción; la digestión puede durar días.

Posee un sistema de detección térmica extremadamente sensible gracias a sus fosetas labiales, útiles para cazar incluso en total oscuridad.

Puede pasar varios meses sin alimentarse, especialmente durante la época de muda o si las condiciones no son óptimas.

Su lengua bifurcada actúa como un órgano sensorial químico que analiza el entorno y localiza presas o parejas reproductivas.

En su hábitat natural suele vivir en madrigueras abandonadas de roedores, termiteros o bajo raíces.

A pesar de su popularidad como mascota, muchas personas las adquieren sin conocimiento adecuado, lo que puede derivar en abandono.

En libertad, su esperanza de vida ronda los 20 años, pero en cautividad puede superar los 40 con buenos cuidados.

Algunas pitones bola pueden rechazar alimento durante semanas o meses, especialmente si están en fase reproductiva o estresadas.

Tiene un corazón de tres cámaras, típico en reptiles, y un sistema circulatorio adaptado a largos períodos sin comida.

No tiene oído externo, pero detecta vibraciones del suelo, lo que le permite percibir a sus presas y amenazas cercanas.

Aunque no es venenosa, su mordida puede ser dolorosa si se siente acorralada o amenazada, especialmente durante la muda.

La incubación de los huevos puede extenderse si la temperatura ambiental es baja, lo que retrasa el nacimiento de las crías.

Los machos poseen espolones pélvicos (restos evolutivos de patas traseras) que usan durante el cortejo para estimular a la hembra.