Rheidae
Rheiformes
Aves
Incubación de aproximadamente 35 a 40 días
Entre 20 y 40 huevos por nido
Existen programas en núcleos zoológicos y reservas para su conservación y aprovechamiento sostenible.
Se alimenta principalmente de hojas, semillas, frutos, raíces e insectos. También consume pequeños vertebrados como reptiles y roedores. Su dieta varía según la disponibilidad estacional de alimentos.
En libertad hasta 15 años. En cautividad superando los 30 años
El ñandú (Rhea americana) es la mayor ave nativa de América del Sur y la segunda más grande del mundo después del avestruz. Adaptado a la vida terrestre, posee patas largas y musculosas que le permiten alcanzar velocidades de hasta 60 km/h. Su plumaje es grisáceo, con variaciones según la subespecie y el sexo. Carece de quilla esternal, lo que impide el vuelo, pero sus alas son utilizadas para el equilibrio y exhibiciones durante el cortejo. Su sistema digestivo está adaptado para procesar una dieta variada, incluyendo material vegetal y animal. Los ciegos y el colon son especialmente desarrollados, facilitando la fermentación de la celulosa. Además, ingiere pequeñas piedras (gastrolitos) que ayudan en la trituración de los alimentos.
Se trata de una especie gregaria fuera de la temporada de cría, formando grupos mixtos que pueden incluir hasta 100 individuos. Durante la época reproductiva, los machos establecen territorios y forman harenes con varias hembras. El macho construye un nido en el suelo donde las hembras depositan sus huevos; él es el único responsable de la incubación y cuidado de los polluelos. Este comportamiento incluye tácticas defensivas, como la agresión hacia intrusos y el uso de huevos periféricos como señuelos para depredadores. Los polluelos son precoces y siguen al macho poco después de la eclosión, permaneciendo con él durante varios meses. El ñandú es generalmente silencioso, pero emite sonidos graves durante el cortejo y silbidos cuando es joven.
Clasificado como “Casi amenazado” por la UICN, el ñandú enfrenta diversas amenazas que han provocado la disminución de sus poblaciones en varias regiones. La expansión agrícola ha reducido y fragmentado su hábitat natural, mientras que la caza furtiva continúa siendo un problema en algunas áreas. Además, la competencia con el ganado por recursos alimenticios y las colisiones con vehículos representan riesgos adicionales. Se han implementado medidas de conservación, incluyendo programas de reproducción en cautividad y protección legal en varios países. Sin embargo, la efectividad de estas acciones varía según la región y requiere de esfuerzos coordinados para garantizar la supervivencia a largo plazo de la especie
El ñandú es la mayor ave nativa de Sudamérica y la segunda más grande del mundo, solo superada por el avestruz.
Puede correr a velocidades de hasta 60 km/h, usando sus alas extendidas para equilibrarse y realizar giros rápidos.
Es una de las pocas aves en las que el macho se encarga de incubar y criar a los polluelos, cuidando nidos con huevos de varias hembras.
En un solo nido se pueden encontrar hasta 60 huevos, aunque lo habitual son entre 20 y 30, y algunos incluso no están fecundados (señuelos contra depredadores).
Los polluelos nacen completamente desarrollados y siguen al macho desde las primeras horas de vida.
Durante la época de cría, los machos se vuelven altamente territoriales y agresivos.
Emite sonidos guturales durante el cortejo y silbidos cortos como vocalización de alerta en juveniles.
Los ñandúes juveniles crecen rápidamente y alcanzan su tamaño adulto en solo seis meses.
Es una ave no voladora, pero posee alas grandes que le ayudan a estabilizarse al correr.
Tiene tres dedos en cada pata, a diferencia del avestruz que solo tiene dos.
Ingiere pequeñas piedras (gastrolitos) que ayudan a triturar su alimento en la molleja.
Participa en la dispersión de semillas, siendo clave para la regeneración de pastizales y estepas.
El nombre “ñandú” proviene del guaraní ñandú guasu, que significa “araña grande” por su aspecto con alas extendidas.
Se han establecido con éxito poblaciones asilvestradas en Alemania desde finales de los años 90.
En época no reproductiva forma grandes agrupaciones mixtas de hasta 100 individuos.
Su carne, rica en proteínas y baja en grasas, ha promovido su cría en granjas para consumo humano.
En algunas culturas indígenas del sur de Sudamérica es símbolo de fertilidad y abundancia.
Utiliza zonas abiertas como cultivos y pastizales, adaptándose incluso a hábitats alterados por el hombre.
Puede convivir con ganado sin competir directamente por los recursos, aunque sí puede verse afectado por el uso de agroquímicos.
Es objeto de programas de conservación y cría en cautividad para frenar el descenso poblacional en algunas regiones.