Hippopotamidae
Artiodactyla
Mammalia
237–252 días
Generalmente una
EEP
Principalmente consume pastos terrestres, ingiriendo entre 30 y 50 kg por noche. Ocasionalmente puede consumir vegetación acuática y, en raras ocasiones, carroña, aunque su sistema digestivo no está adaptado para procesar carne.
En libertad, entre 40 y 50 años. En cautividad, han llegado a superar los 60 años.
El hipopótamo común (Hippopotamus amphibius) es uno de los mayores mamíferos terrestres, solo superado por los elefantes y algunos rinocerontes. Su cuerpo es masivo, con extremidades cortas, piel gruesa sin pelo y un peso que puede superar las 3 toneladas en los machos. Posee adaptaciones acuáticas notables: ojos, orejas y fosas nasales en la parte superior del cráneo, lo que le permite ver, oír y respirar mientras el resto del cuerpo permanece sumergido. Aunque pasa gran parte del día en el agua para protegerse del sol y regular su temperatura, se alimenta en tierra por la noche, desplazándose hasta 10 km en busca de pastos. A pesar de su aspecto torpe, es ágil en el agua y puede correr velozmente en tierra. Su piel segrega una sustancia rojiza con propiedades antibacterianas y fotoprotectoras. Su boca es enorme, con colmillos que pueden alcanzar 50 cm, utilizados principalmente para el combate territorial. El hipopótamo cumple funciones ecológicas importantes, como la fertilización de cuerpos de agua mediante el depósito de excrementos, que enriquecen los ecosistemas acuáticos.
El hipopótamo es un animal social que vive en grupos llamados escuelas o manadas, compuestos por hasta 30 individuos. Estos grupos son generalmente liderados por un macho dominante que defiende un tramo del río o lago frente a otros machos adultos. Su comportamiento es altamente territorial en el agua, pero más tolerante en tierra durante las salidas nocturnas de pastoreo. Aunque suele ser pacífico dentro del grupo, puede mostrar gran agresividad si se ve amenazado o si hay competencia entre machos. Es un animal crepuscular y nocturno: descansa durante el día en el agua y sale al anochecer a pastar. Utiliza vocalizaciones graves y bufidos para comunicarse bajo el agua y fuera de ella. También marca su territorio mediante la dispersión de heces, un comportamiento particular que realiza girando la cola mientras defeca. Pese a su volumen, es buen nadador y puede aguantar hasta cinco minutos sumergido sin respirar. También se han documentado casos de agresión hacia embarcaciones y humanos cuando invaden su territorio.
El hipopótamo común está catalogado como “Vulnerable” por la UICN, con poblaciones en descenso debido a amenazas múltiples. Su distribución ha disminuido en muchas regiones africanas, aunque aún se encuentra en zonas protegidas como parques nacionales. La principal amenaza es la pérdida de hábitat, producto de la agricultura, la urbanización y el cambio climático, que afectan la disponibilidad de agua y alimento. La caza ilegal es un problema grave: su carne es comercializada y sus dientes de marfil sustituyen los del elefante en algunos mercados. Además, el conflicto con agricultores es frecuente, ya que invaden cultivos durante sus salidas nocturnas. En algunas zonas, como en Colombia, poblaciones asilvestradas provenientes de antiguos zoológicos privados plantean desafíos ecológicos y de control. Existen programas de conservación en reservas africanas, además de su inclusión en el Apéndice II de CITES, que regula su comercio internacional. La educación ambiental y la gestión responsable del turismo también son claves para su protección.
El nombre “hipopótamo” proviene del griego y significa “caballo de río”.
Puede abrir la boca en un ángulo de 150 grados y mostrar colmillos de hasta 50 cm.
Su “sudor” rosado no es realmente sudor, sino una secreción protectora natural.
A pesar de su tamaño, puede correr más rápido que un humano en distancias cortas (hasta 30 km/h).
Puede permanecer sumergido entre 3 y 5 minutos, cerrando automáticamente sus fosas nasales y orejas.
Las crías nacen bajo el agua y saben nadar desde el nacimiento.
En el antiguo Egipto, se veneraba a la diosa Tueris, con forma de hipopótamo hembra.
A menudo defecan mientras agitan la cola, dispersando el estiércol como forma de marcaje.
Su digestión es fermentativa, pero no rumiantes como las vacas.
Los hipopótamos emiten vocalizaciones tanto fuera como dentro del agua.
A diferencia de la creencia común, no flotan: se impulsan caminando bajo el agua.
Son responsables de más muertes humanas en África que los leones o elefantes.
No sudan y no tienen glándulas sudoríparas, de ahí la importancia de su secreción protectora.
Las peleas entre machos pueden ser extremadamente violentas y provocar heridas graves.
Sus caninos y colmillos continúan creciendo durante toda la vida.
Se ha registrado su presencia en zoológicos desde tiempos romanos.
Las poblaciones en Colombia están causando impactos ecológicos en humedales locales.
En muchas culturas africanas, el hipopótamo simboliza fuerza, fertilidad y protección.
Se han observado conductas de juego entre crías, incluso lanzándose chorros de agua con la boca.