Guanaco

Lama guanicoe

Nombre común

Guanaco

Hábitat

Estepas, desiertos, matorrales áridos, pastizales de altura y bosques templados.
Características

Familia

Camelidae

Orden

Artiodactyla

Clase

Mammalia

Gestación

11 meses

Nº de crías

1 por camada

P. Reproducción

Existen programas en núcleos zoológicos y reservas naturales para su conservación y estudio.

Dieta

Se alimenta de pastos, hierbas, arbustos y líquenes. Su sistema digestivo le permite extraer nutrientes de vegetación de baja calidad.

Vida

En libertad: 20–25 años. En cautividad: Hasta 28 años

Biología y comportamiento

El guanaco (Lama guanicoe) es el camélido silvestre más grande de Sudamérica, antecesor directo de la llama domesticada. Posee un cuerpo esbelto, cuello largo y patas delgadas, adaptaciones que le permiten desplazarse ágilmente en terrenos abiertos y áridos. Su pelaje denso y lanoso lo protege de las bajas temperaturas y los fuertes vientos de su hábitat. Los guanacos habitan una amplia variedad de ecosistemas, desde las estepas patagónicas hasta las alturas andinas, demostrando una notable adaptabilidad ecológica. Su sistema digestivo especializado les permite aprovechar eficientemente la escasa vegetación disponible en ambientes áridos. Además, tienen la capacidad de beber agua salobre y obtener humedad de las plantas que consumen, lo que les permite sobrevivir en zonas donde el agua dulce es escasa. Estas adaptaciones fisiológicas y comportamentales han sido clave para su éxito en ambientes extremos.

Los guanacos son animales sociales que viven en grupos familiares liderados por un macho dominante, acompañado por varias hembras y sus crías. Los machos jóvenes, al alcanzar la madurez, son expulsados del grupo y forman tropas de solteros o viven solitarios hasta que pueden establecer su propio grupo. Durante la temporada de apareamiento, los machos compiten ferozmente por el control de las hembras, utilizando vocalizaciones y posturas corporales para intimidar a sus rivales. Son animales diurnos, activos durante el día y descansan por la noche. Cuando detectan peligro, emiten un sonido agudo para alertar al grupo y huyen a gran velocidad, alcanzando hasta 64 km/h. Además, utilizan señales visuales, como la posición de las orejas y la cola, para comunicarse entre ellos.

Aunque el guanaco está clasificado como “Preocupación menor” por la UICN, sus poblaciones han sufrido una significativa reducción desde la llegada de los colonizadores europeos, principalmente debido a la caza y la pérdida de hábitat. En Argentina, que alberga aproximadamente el 95% de la población mundial, se han implementado medidas de protección, incluyendo la prohibición de su caza en varias provincias y la creación de áreas protegidas. Sin embargo, en países como Perú y Bolivia, las poblaciones son más fragmentadas y enfrentan mayores riesgos. Las principales amenazas actuales incluyen la competencia con el ganado doméstico por recursos, la caza ilegal y las barreras físicas que impiden sus movimientos migratorios. La inclusión del guanaco en el Apéndice II de CITES busca regular su comercio internacional y promover su conservación.

Algunas
curiosidades

El nombre “guanaco” proviene del quechua “wanaku”, utilizado por los pueblos andinos desde tiempos prehispánicos.

Es el antecesor directo o comparten antecesor con la llama domesticada, siendo su versión silvestre.

Puede alcanzar velocidades de hasta 64 km/h, lo que lo convierte en uno de los mamíferos más veloces de América del Sur.

Su pelaje es muy valorado por su suavidad, resistencia y capacidad térmica; aunque no tan fino como el de la vicuña, es más abundante.

Tolera condiciones ambientales extremas: desde desiertos fríos hasta altitudes por encima de los 4.500 metros.

Es capaz de sobrevivir días sin beber agua, obteniendo la humedad necesaria de la vegetación.

En épocas de sequía puede beber agua salobre, una capacidad poco común entre mamíferos terrestres.

Las crías, llamadas “chulengos”, son capaces de caminar y seguir al grupo a los pocos minutos de nacer.

Los grupos familiares son muy territoriales y utilizan heces colectivas como marcadores de territorio.

Cuando se sienten amenazados, pueden escupir una mezcla de saliva y contenido estomacal, al igual que otros camélidos.

Son animales rumiantes, con un estómago dividido en compartimentos, aunque no son parientes directos de los bóvidos.

Presentan una vocalización de alarma aguda, que avisa al grupo de la presencia de depredadores como pumas o zorros.

Son excelentes nadadores si es necesario, aunque rara vez cruzan cuerpos de agua por voluntad.

En invierno, su pelaje se vuelve más espeso para protegerse de las heladas patagónicas.

Históricamente fueron cazados por pueblos originarios por su carne, cuero y lana, siendo un recurso vital en la Patagonia.

Sus huellas son características: forma ovalada y dedos bien separados, útiles para rastreo.

El guanaco tiene un alto valor ecológico como herbívoro clave en ecosistemas áridos y como presa de grandes carnívoros.

Su distribución original abarcaba casi toda Sudamérica, pero actualmente está fragmentada por causas humanas.

Existen cuatro subespecies reconocidas, que varían ligeramente en tamaño y coloración.

Es considerado un símbolo cultural y natural en varias regiones del Cono Sur, e incluso aparece en logotipos institucionales