Cervidae
Artiodactyla
Mammalia
Gestación de 210–230 días
Generalmente una; ocasionalmente dos
Existen programas en zoológicos y reservas para su conservación y estudio.
Se alimenta de una variedad de vegetación, incluyendo pastos, hojas, frutos caídos, flores y hongos. Durante la estación de los monzones, las hierbas y juncias se convierten en su principal fuente de alimento. También puede ramonear cuando lo necesita.
En libertad 9–13 años. En cautividad, hasta 20 años.
El chital o ciervo moteado (Axis axis) es un cérvido de tamaño mediano originario del subcontinente indio. Su distintivo pelaje marrón rojizo con manchas blancas distribuidas en hileras longitudinales le proporciona un camuflaje eficaz en su entorno natural. Los machos presentan astas ramificadas que se renuevan anualmente. Habita en una variedad de ecosistemas, desde bosques caducifolios hasta pastizales, siempre en proximidad a fuentes de agua. Su dieta herbívora incluye pastos, hojas, frutos, flores y hongos, adaptándose a la disponibilidad estacional de recursos. Es una especie gregaria, formando grupos sociales que varían en tamaño y composición según la edad y el sexo de los individuos. La reproducción no está restringida a una época específica del año, aunque se observa una mayor actividad reproductiva durante los meses de verano. Las hembras suelen dar a luz una cría tras un período de gestación de aproximadamente 7 meses.
El chital es una especie social que forma grupos estructurados según la edad y el sexo de sus miembros. Las hembras y sus crías suelen agruparse, mientras que los machos pueden formar grupos separados o ser solitarios, especialmente los individuos de mayor edad. Durante la época de celo, los machos emiten vocalizaciones características y pueden involucrarse en combates ritualizados para establecer la dominancia y acceso a las hembras. Estos enfrentamientos rara vez resultan en lesiones graves, ya que están más orientados a la exhibición de fuerza y tamaño. El chital es principalmente crepuscular, siendo más activo durante las primeras horas de la mañana y al atardecer. En áreas con alta actividad humana, puede adaptar sus hábitos y volverse más nocturno. Posee un agudo sentido del oído y del olfato, lo que le permite detectar depredadores con eficacia. Además, ha desarrollado relaciones simbióticas con otras especies, como los langures, beneficiándose mutuamente en la detección de amenazas.
Clasificado como de “Preocupación menor” por la UICN, el chital mantiene poblaciones estables en su rango nativo. Sin embargo, enfrenta amenazas significativas, como la pérdida y fragmentación de hábitat debido a la deforestación y expansión agrícola. La caza furtiva y la competencia con el ganado doméstico por recursos también representan desafíos para su conservación. En regiones donde ha sido introducido, como Argentina y Australia, el chital puede convertirse en una especie invasora, afectando negativamente a las especies nativas y alterando los ecosistemas locales. Estas poblaciones exóticas requieren estrategias de manejo específicas para controlar su expansión y mitigar sus impactos ecológicos. La implementación de programas de conservación, educación ambiental y regulación de la caza son esenciales para asegurar la supervivencia a largo plazo de esta especie tanto en su hábitat natural como en áreas donde ha sido introducida.
El chital es conocido por mantener sus distintivas manchas blancas durante toda su vida, a diferencia de otros ciervos que las pierden al alcanzar la madurez.
Su nombre “chital” proviene del bengalí chitra, que significa “manchado”, en alusión a su pelaje característico.
Los machos renuevan anualmente sus astas, que pueden alcanzar hasta un metro de longitud y se utilizan tanto para la defensa como en exhibiciones durante la época de celo.
Emite vocalizaciones breves y agudas como mecanismo de alarma ante posibles depredadores.
A menudo establece relaciones de simbiosis con langures (monos asiáticos), beneficiándose mutuamente en la detección de peligros y en el acceso a frutos caídos por los primates.
Es un excelente nadador y puede cruzar ríos sin dificultad cuando busca nuevos territorios o recursos.
Su actividad principal se concentra durante el amanecer y el atardecer, aunque puede adaptar sus hábitos a la presencia humana.
El macho dominante de un grupo suele mantener su posición por un periodo breve, debido a la intensa competencia entre individuos.
Las crías nacen con un pelaje muy similar al de los adultos, lo que les proporciona camuflaje desde el nacimiento.
El chital convive en varios ecosistemas con otros herbívoros como el gaur o el sambhar, sin competir directamente por el alimento.
En estado silvestre, puede formar manadas mixtas que alcanzan los 100 o más individuos en épocas de abundancia.
En India, se le considera un animal sagrado en algunas regiones y aparece en textos y representaciones culturales antiguas.
Al percibir un peligro inminente, da saltos repentinos y emite fuertes resoplidos para alertar al grupo.
Tiene un agudo sentido del olfato y de la audición, esenciales para sobrevivir en ambientes donde también habitan grandes depredadores como tigres o leopardos.
Las hembras suelen aislarse brevemente del grupo antes de parir, para proteger a su cría en los primeros días.
Es capaz de sobrevivir en ambientes modificados, como plantaciones o bordes de campos agrícolas, aunque depende del acceso al agua.
En áreas donde ha sido introducido, como Texas o Argentina, ha demostrado gran capacidad de adaptación y reproducción.
Las astas del chital no tienen ramificaciones complejas, sino tres puntas principales por asta, lo que lo diferencia de otros cérvidos.
El pelaje de los machos se oscurece ligeramente durante la estación reproductiva, haciéndolos más llamativos.
Se han documentado poblaciones asilvestradas fuera de Asia que han generado desequilibrios ecológicos al competir con especies nativas.